Nunca hablo aquí de películas que están en cartelera, pero esta va a ser una excepción. Porque lo merece de veras. Cuando veáis el cartel (o el tráiler, clicando en él) estoy seguro de que sabréis por qué.
Camino a la escuela es la historia real de cuatro niños en distintas partes del mundo y la odisea que día a día tienen que afrontar para poder ir a clase, con sólo entre 6 y 11 años. Sin embargo, para ellos no existe penuria ni drama frente a la posibilidad, por difícil que sea, de poder ir a la escuela.
Está Jackson, un niño keniata que recorre con su hermana pequeña 15 quilómetros diarios. Lo hacen a pie, atravesando la sabana africana, parándose para cambiar su itinerario si los elefantes, a los que tienen auténtico pavor, están ese día en su camino. En algunos tramos lo hacen corriendo, con su mochila y su garrafa de agua, para poder llegar a tiempo a la escuela.
O Zahira, una niña marroquí que recorre 22 quilómetros cada lunes, pero que tiene dos motivos para pensar que es una niña con suerte. La primera, que su padre sí quiere que vaya al colegio, a diferencia de muchos otros; y la segunda, que en su escuela le dejan una habitación para quedarse cada semana hasta el viernes.
Carlos recorre 18 quilómetros a caballo en la Patagonia. Lleva con él una hermana tan pequeña que apenas puede agarrarse con sus manos.
Y por último, está Samuel, un niño que no puede andar. ¿Que como hace el camino a la escuela? Sobre una silla de ruedas hecha añicos, y junto a sus dos hermanos pequeños. El más alto va delante para tirar de la silla, y el más pequeño va detrás para poder empujarla. Así, durante 4 quilómetros hechos para cualquier cosa menos para que una silla de ruedas transite por ellos.
¿Y sabéis por qué lo hacen, por qué les compensa? ¿Sabéis por qué es tan importante o de dónde sacan fuerzas para hacer un camino así? Pensadlo un momento. Imaginaos un minuto en su lugar. Y obtengáis o no la respuesta, no lo dudéis: id a verla. Porque al final del trayecto, donde sus compañeros y sus profesores los esperan, todos y cada uno de ellos explican con claridad por qué la escuela no es una carga, sino una oportunidad que no se puede dejar escapar.
Está Jackson, un niño keniata que recorre con su hermana pequeña 15 quilómetros diarios. Lo hacen a pie, atravesando la sabana africana, parándose para cambiar su itinerario si los elefantes, a los que tienen auténtico pavor, están ese día en su camino. En algunos tramos lo hacen corriendo, con su mochila y su garrafa de agua, para poder llegar a tiempo a la escuela.
Secuencia extraída del tráiler oficial de la película, al igual que las tres siguientes |
Carlos recorre 18 quilómetros a caballo en la Patagonia. Lleva con él una hermana tan pequeña que apenas puede agarrarse con sus manos.
Y por último, está Samuel, un niño que no puede andar. ¿Que como hace el camino a la escuela? Sobre una silla de ruedas hecha añicos, y junto a sus dos hermanos pequeños. El más alto va delante para tirar de la silla, y el más pequeño va detrás para poder empujarla. Así, durante 4 quilómetros hechos para cualquier cosa menos para que una silla de ruedas transite por ellos.
¿Y sabéis por qué lo hacen, por qué les compensa? ¿Sabéis por qué es tan importante o de dónde sacan fuerzas para hacer un camino así? Pensadlo un momento. Imaginaos un minuto en su lugar. Y obtengáis o no la respuesta, no lo dudéis: id a verla. Porque al final del trayecto, donde sus compañeros y sus profesores los esperan, todos y cada uno de ellos explican con claridad por qué la escuela no es una carga, sino una oportunidad que no se puede dejar escapar.
No la dejéis escapar. :)
Clic AQUÍ o en el cartel para ver el tráiler
E por se non vos sae como moeda suxerida, aquí rescato esta historia, con vídeo incluído, doutros nenos con odiseas similares. Agora que pasaron case 2 anos desde que a compartimos no blog, chámame a atención que o título que elixira se pareza tanto ao da película: "De camiño a clase"
ResponderEliminarhttp://moedasparacaronte.blogspot.com.es/2012/04/outro-dia-clase.html