No es el fútbol el deporte en el que más valores encuentro. Pero hoy que ha habido Liga de Campeones, sabréis que la Roma visitaba un campo español. Y aunque no sigo mucho ni la liga italiana ni a este equipo, precisamente hace unos días tuve ocasión de ver una auténtica lección magistral de su entrenador en plena sala de prensa, delante de los mismos periodistas que vienen criticando cada una de sus decisiones. Y bueno, en fin, reconozco que, tras verlo en acción, me quedé aplaudiendo un buen rato delante de la pantalla... ojiplático y feliz.
Aplaudí no sólo por lo que dijo sino especialmente por cómo lo hizo: sin una mala cara, sin aspavientos, sólo empleando la palabra; y compartiendo con los periodistas un vídeo con el que dejó muy claro qué es lo que él entiende por ser un profesional, por ser parte de un equipo, y especialmente por eso que comúnmente llamamos "poner el corazón".
Spalletti empezó así:
"Creo que a veces hay confusión en los mensajes que son verdaderamente importantes. Os voy a poner un vídeo para haceros ver cómo interpreto yo esta situación (...) Para mí esto es un comportamiento loco por su belleza. Si lo vemos lo tendremos todos un poco más claro".
Y a continuación, se aparta, le da al play, y señala en la pantalla a uno de sus jugadores, Salah, para que nos fijemos bien en cómo este se desfonda corriendo todo el campo para recuperar un balón y, acto seguido, para acompañar inmediatamente el ataque. La imagen es esta:
Y esto es lo que dice a los periodistas tras detener el vídeo:
"Es muy simple. Lleváis todo el año dándome por culo con la justicia y la injusticia. ESTO, es un comportamiento justo. Lo muestro porque lo hizo con el partido 4-0 a favor, después de que él mismo hubiera hecho dos goles, y estando en el minuto 30 del segundo tiempo. Esto es lo que interpreto yo por poner el corazón. Lo que hace Salah es justo lo que me gustaría que hicieran todos mis jugadores. Y si lo hicieran, seríamos un equipo con un mismo corazón, lo que nos daría esperanzas e ilusiones de cara al futuro".
Acostumbrados como estamos en el fútbol a la palabrería barata, a los discursos vacíos, al fanatismo marrullero, o a medir el éxito de un futbolista por el valor de su coche en vez de por sus valores y su comportamiento, el discurso de Spalletti es para enmarcar y para poner en portada en la sección de deportes de todos los telediarios... Pero no; aquí la noticia deportiva del día será con qué coche llega mañana CR7 a Valdebebas o qué peinado nos regala Neymar en su cuenta de Instagram.
Y en fin, es una pena. Porque esto exactamente es lo que todos los días me gustaría saber transmitir a mis alumnos en clase. El valor de actuar responsablemente, de saber comprometernos, de ser solidarios y, sobre todo, el valor de poner pasión en lo que sea que hagamos. O como diría Spalletti, el valor de poner el corazón... Porque es ahí donde reside la dignidad, el respeto, la admiración, y la excelencia. Grande lezione, insegnante!
Y en fin, es una pena. Porque esto exactamente es lo que todos los días me gustaría saber transmitir a mis alumnos en clase. El valor de actuar responsablemente, de saber comprometernos, de ser solidarios y, sobre todo, el valor de poner pasión en lo que sea que hagamos. O como diría Spalletti, el valor de poner el corazón... Porque es ahí donde reside la dignidad, el respeto, la admiración, y la excelencia. Grande lezione, insegnante!
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