La sorpresa siempre es una infalible forma de empezar una clase. Así, sin preámbulos. A machete. Entras, tomas posición, esperas a que el público te dé la palabra, jugueteas dos segundos con el silencio y, sin más, sueltas una bomba grande e inesperada. Algo así, por ejemplo, como... "¿Conocéis a Belén Esteban?". Se propagan de inmediato las miradas incrédulas, sonrisas, murmullos y, lo más importante, una atención general máxima. Porque para ese preciso instante, todos se están preguntando ya qué diantres de relación puede haber entre Belén Esteban y un primer día en una clase de Historia. Clic en la imagen para descubrirla!
Evidentemente, no buscamos sólo la risa. El vídeo se puede tomar en serio y, haciéndolo, da para muchas preguntas. ¿Qué emoción predomina en vosotros al verlo? ¿Es Belén lo peor de lo que habéis visto? ¿O lo son los que buscan audiencia a cuenta de ella? ¿Es la Esteban estúpida por someterse a esto, o astuta en cambio por llevarse el dinero? ¿Qué importa más en la vida: la pasta o tu dignidad? ¿Os dais cuenta de que saber un poco de Historia sirve, de entrada, para evitar que os vacilen? ¿Y vosotros? ¿Seríais capaces de citar las etapas de la Historia y ordenarlas cronológicamente? Pues venga, ¡vamos a probar! Es en este punto, con el terreno bien abonado, cuando dibujamos juntos una línea del tiempo, buceamos en la memoria en busca de las etapas, señalamos los momentos de cambio, o valoramos, en fin, si después de habernos reído con ella, superaríamos nosotros también la prueba de la Esteban.
Recientemente he descubierto un juego muy divertido para esto de las líneas del tiempo, y que me vino de perlas para usar en clase. Se llama Timeline, y se trata de una cajita de metal con unas 100 tarjetas. Cada una, contiene una imagen de un acontecimiento histórico o curioso, y es en la parte trasera (sólo en la cara trasera) donde figura el año en que eso apareció por vez primera..
Como en clase somos muchos, hacemos grupos para que jueguen en mesas distintas. Por ejemplo, 4 parejas jugando en torno a una mesa grande. Luego cada una recibe al azar 4 cartas (sin que puedan ver el año), y en el centro añadimos una más, con el año hacia arriba. En cada turno, las parejas tendrán que lograr colocar una de sus cartas en el lado correcto: si creen que el acontecimiento a colocar es anterior, lo pondrán a la izquierda; y si creen que es posterior, lo situarán a la derecha. Tras colocar una pareja la carta, se comprueba si ha acertado, dándole la vuelta. ¿Acierto? ¡Bien! Ya sólo quedan 3! ¿Fallo? ¡Ohh! La ponemos en el sitio correcto, pero antes de eso el que ha fallado debe coger una carta más, así que vuelve a tener 4 pendientes de colocar. Por supuesto, gana el que antes logre colocar todas sus cartas.
El juego estimula la curiosidad, obliga a pensar y razonar y habitúa a los chicos a moverse con la cronología y a situar mejor los hechos dentro de la Historia. Y al mismo tiempo, por supuesto, divierte. ¡No se puede pedir más! Estos son algunos de los alumnos que han podido probarlo en una clase al aire libre en el mejor sitio del instituto.
Cada vez que leo algo de lo que haces (y no paras de hacer), me da mas pena no poder ir a tus clases y disfrutarlas...
ResponderEliminarSonrisa. Este comentario me ha hecho mucha ilusión, Ana, ¡muchas gracias! ¡Pues me encantaría! Pero fíjate, estoy seguro, segurísimo, por cómo eres y todo lo que sabes, de que yo también estaría encantado en una clase tuya.
EliminarPesteban es tan rica como estúpida, pq ya me dirás que es una persona que presume de analfabeta...
ResponderEliminarCoincido plenamente. De hecho si el vídeo transmite bien algo es precisamente eso: de poco sirve el dinero cuando no hay dignidad.
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